viernes, 25 de mayo de 2012

Mitos y verdades del 25 de mayo


La Revolución de 1810 fue interpretada de diferentes maneras a lo largo de los años. Los historiadores de hoy actualizan la discusión: qué fue verdad, qué fue posible y qué fue imaginado.


Lluvia, paraguas, escarapelas, movilización popular, el Cabildo, brazos en alto. La Revolución de Mayo se sintetizó en estas imágenes. A cinco años del Bicentenario, ni siquiera los historiadores más prestigiosos se ponen de acuerdo. Además, hay muchas contradicciones entre ellos. Algunos dirán que ese 25 de mayo de 1810 llovía y que se usaban paraguas importados de Londres. Otros opinarán lo contrario. Algunos aseguran que las cintas repartidas por French y Beruti tenían un color blanco, y otros dicen que sus colores eran diferentes. La representatividad de Moreno y Saavedra también está en juego. La tradicional imagen de "conservador" del coronel ahora está cuestionada. Las preguntas siguen y suman.
¿Por qué se celebra el 25 de Mayo como origen de la Patria?
"Los festejos por el 25 de Mayo comenzaron muy temprano, durante el propio proceso revolucionario. A imagen de las fiestas cívicas inauguradas por la Revolución Francesa, el 25 se convirtió en motivo de celebración cívica. Por lo tanto, ya desde un comienzo esta fecha cobró un lugar significativo en el imaginario político rioplatense. De hecho, los festejos por el 9 de Julio nunca pudieron rivalizar con las fiestas mayas —dice el doctor en Historia, Luciano De Privitellio, investigador del Conicet, la UBA y la Universidad de San Martín—. Cuando a partir de la generación romántica de 1837 se comenzó a imaginar la existencia de una Nación Argentina y de un pasado para ella, el 25 de Mayo debía ser la fecha por excelencia de su origen y nacimiento. Este día se convitió así en el nacimiento de la Nación."
¿Moreno o Saavedra? ¿Quién tenía más poder y representatividad?
"Saavedra es más pragmático, entre otras cosas porque tiene que hacerse cargo de las armas. Tenía un criterio más realista que Moreno. Lo que Saavedra intenta conciliar al mismo tiempo son los intereses de los pueblos que empezaron a llegar con sus representantes a Buenos Aires, muchos de los cuales estaban bastante lejos de coincidir con las posturas más jacobinas de Moreno", dice la doctora en Historia Marcela Ternavasio, profesora titular de Historia Argentina I en la Universidad Nacional de Rosario e investigadora del Conicet. En cuanto a la representatividad de Saavedra, la doctora Ternavasio afirma que al principio era muy grande pues tenía a los milicianos detrás de él. Y fueron los milicianos, según ella, los que impulsaron la realización del Cabildo Abierto del 22 de mayo y quienes presionaron para la salida del virrey Cisneros
También el historiador José Luis Busaniche, que se definía como un "demócrata liberal" y nada conservador, se inclina por pensar que el coronel tenía tras de sí a los sectores populares, mientras Moreno era un ideólogo jacobino que no entendía la realidad del Río de la Plata. Los jacobinos eran los seguidores de Maximiliano Robespierre, el líder de la Revolución Francesa, representante de los sectores más extremistas. Para Busaniche —autor de una monumental Historia Argentina—, el secretario era un hombre dogmático, heredero del pensamiento del francés Juan Jacobo Rousseau (uno de los teóricos de la Revolución Francesa), que hablaba "en nombre del pueblo". Busaniche resume: "La parte más popular y numerosa, la que no vestía de frac o de levita, se inclinó hacia el lado de Saavedra".
Los historiadores que defienden a un Saavedra líder popular recuerdan la revuelta que se produjo del 5 al 6 de abril de 1811. "Este movimiento tiene un componente popular muy diferente al que tuvo el del 25 de Mayo de 1810. En esta disputa facciosa entre morenistas y saavedristas, éstos traen de los arrabales a un número de personas muy importante, que pertenecen a sectores populares manejados por líderes milicianos. La elite es sorprendida por la irrupción de esta gente en la Plaza Victoria. Salvando las distancias, esta movilización del 5 y 6 de abril de 1811 fue una especie de 17 de octubre peronista", dice Ternavasio.
Busaniche narra así esos sucesos: "En la noche del 5 al 6 de abril se produjo una reacción popular que no provenía de los ''de fraque o levita'' sino de más abajo: gente del campo, de los arrabales y no pocos de la ciudad, simpatizantes de Saavedra, que veían al Presidente y a la Junta trabados en su acción por dos o tres vocales de Moreno, y miraban con malos ojos el espectáculo que soportaba la ciudad".
La Revolución de Mayo, ¿fue un movimiento popular o un golpe militar?
Privitellio destaca a dos instituciones fundamentales: el Cabildo y las milicias, conducidas por Saavedra, y dice que desde el mismo momento en que la crisis de la monarquía española acelera el conflicto político en el Río de la Plata, "el Cabildo se postula como uno de los candidatos a suceder al poder". Pero en esa época, el poder real lo tienen las milicias. Ningún historiador habla de un golpe militar, pero son muchos los que hablan de la "presión" que ejercieron los milicianos para desplazar al virrey Cisneros. "Son ellos los que apoyan inicialmente la convocatoria al Cabildo Abierto del 22 de mayo, y son los que no aceptan a la Junta nombrada por el Cabildo el 24 de mayo. Finalmente, son los que imponen a la nueva Junta el 25 de mayo".
Privitellio explica que los diversos cuerpos milicianos, formados durante la reconquista y defensa de Buenos Aires contra las Invasiones Inglesas, son fuerzas militares, más bien escasas, instaladas en Buenos Aires. "Hasta 1806, nadie hubiera elegido la carrera militar como vía de ascenso y prestigio. Pero todo eso cambia a partir de la invasión inglesa. La milicia que más se destacaba era la de Patricios, comandada por Cornelio Saavedra. Pero allí también estaban otros protagonistas de la Revolución, como Domingo French, que junto a José Antonio Beruti formaba parte del ala más radical del partido patriota (los futuros morenistas)". 
¿Fue un fenómeno sólo porteño o de todo el virreinato?
"Un fenómeno totalmente porteño", responde la historiadora Ternavasio. Y agrega: "A partir de 1811, Buenos Aires se festeja a sí misma. Y esto dura hasta gran parte del siglo XIX. Es que Buenos Aires había sido la cuna de la Revolución". Los Cabildos del interior, tan lejos del Río de la Plata, se van enterando lentamente de la formación de la Primera Junta. Algunos se resisten a aceptar el "nuevo orden", como el de Córdoba; otros reciben la noticia con gran beneplácito, y otros nunca van a aceptar a las nuevas autoridades, "como Paraguay, y ni hablar de la Banda Oriental".
Años más tarde, Domingo Faustino Sarmiento, en su célebre "Facundo", recuerda las consecuencias de esa disociación, y escribe: "La guerra de la revolución argentina ha sido doble: 1) guerra de las ciudades iniciadas en la cultura europea contra los españoles, a fin de dar mayor ensanche a esa cultura; 2) guerra de los caudillos contra las ciudades, a fin de librarse de toda sujeción civil, y desenvolver su carácter y odio contra la civilización. Las ciudades triunfan de los españoles, y las campañas de las ciudades. He aquí explicado el enigma de la Revolución Argentina, cuyo primer tiro se disparó en 1810, y el último no ha sonado todavía".
El 25 de Mayo, ¿llovió o no llovió?
"Hay toda una discusión sobre si llovió o no llovió, si ya se habían importado paraguas de Londres o aún no... Es un tema que sigue siendo siempre objeto de discusión. Algunos historiadores van a dar por cierto que había paraguas y llovía, y otros van a decir lo contrario", comenta Ternavasio.
¿Qué rol jugó en la Revolución la jabonería de Vieytes?
De Privitellio dice que entre las costumbres del período "tardocolonial", se encuentra el de las tertulias, reuniones en los salones de las casas privadas en las que se conversaba largo y tendido sobre temas varios. Este tipo de reuniones, por cierto, involucraba a sectores acomodados de la sociedad. "A medida que la política irrumpe en la capital virreinal como una actividad novedosa (consecuencia a la vez de las Invasiones Inglesas y de la crisis de la corona española), estas prácticas de sociabilidad también se politizan". La fábrica de jabón, que pertenecía a Juan Hipólito Vieytes y Nicolás Rodríguez Peña, se convirtió en la sede de las reuniones de aquello que desde 1809 comenzó a ser llamado "partido patriota". La jabonería estaba en Tacuarí y Venezuela, y por allí desfilaban los patriotas, tejiendo ya las redes de la futura revolución.
Otro lugar de tertulia y conspiración fue la casa de Rodríguez Peña. Pero no son éstos los únicos lugares de sociabilidad que se politizan. Otro lugar es "el café de Marco, donde se juntaban los jóvenes intelectuales, casi todos ellos alumnos del colegio San Carlos, que no por casualidad quedaba frente al café. Y señala De Privitellio: "En este lugar, que a diferencia de los anteriores era público, se fue conformando la idea de la existencia de una verdadera ''opinión pública'', otra notable novedad para la ciudad de Buenos Aires. Ciertamente, todos ellos eran partidarios de la facción más extrema de los revolucionarios, aquellos que luego serán identificados como morenistas. A Saavedra, este café le parecía tan peligroso, que luego de los acontecimientos del 5 y 6 de abril de 1811 (una movilización popular en apoyo del Presidente de la Primera Junta, y en contra de los morenistas), ordenó a Juan Bautista Bustos que lo cerrara, y se detuvo a varios de los asistentes".
¿Cuáles eran los colores de las cintas que se distribuyeron en la Plaza?
Aquí también difieren los historiadores. Mientras para María Sáenz Quesada (ver su columna en la página 41) eran de color blanco, la doctora Ternavasio dice que las cintas tenían los colores rojo, color de la corona, y celeste, color de los Borbones". Y subraya: "Nadie, a esta altura, puede decir que ésos eran los colores de la Patria".
¿Cómo se convocó a los vecinos para que concurrieran al Cabildo Abierto del 22 de mayo?
Es el Cabildo como institución el que convoca al Cabildo Abierto. En una ciudad de 50.000 habitantes, se enviaron 450 esquelas a los vecinos más "respetables y destacados de Buenos Aires". Circularon alrededor de 450 esquelas, "pero asistió menos de la mitad", dice Ternavasio.
¿Cuál fue el papel que jugaron French y Beruti?
El lugar común les asigna el rol de "distribuidores" de las cintas. Pero tanto Domingo French como José Antonio Beruti fueron dos auténticos revolucionarios. French era un cartero que participó, junto a Juan Martín de Pueyrredón, en la organización de la milicia de los Húsares. "Allí ascendió a teniente coronel, y fue sin duda en esta condición que se destacó en la jornada del 25 de Mayo —explica De Privitellio—. Junto con Beruti, French (ver página 41) formaba parte del ala más radical del partido patriota (los futuros morenistas), y cumplían la importante misión de agitar las calles en favor de la salida política alentada por este grupo. Junto a otros jóvenes, se los llamaba ''Los Chisperos'', por su actividad agitativa". 

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