jueves, 31 de mayo de 2012

La aventura de alojarse en Puente del Inca

Desde tiempos inmemoriales, el camino hacia Chile fue utilizado por miles de viajeros. A mediados del siglo XVIII, se construyeron unas pequeñas casuchas de ladrillo para proteger a los viajeros de la noche o de las tormentas de nieve.

Con la llegada del  ferrocarril, la ruta de la cordillera se fue poblando paulatinamente y el "caballo de hierro" llegó a la lejana localidad de Puente de Inca. Tiempo después, en ese lugar se estableció el único hotel, que cobijó y alimentó a miles de viajeros durante muchos años.


Un oasis en la montaña

El primer hotel de Puente de Inca fue construido de adobe con techos de chapa. Además, poseía varias instalaciones a lo largo y ancho del predio que servían de habitaciones para los huéspedes. También, contaba con restaurante para almorzar o cenar. 

 En las inmediaciones se encontraban los corrales para caballos y mulas. Cabe destacar que antes de 1910, el Ferrocarril al Pacífico llegaba hasta la estación de Puente de Inca y allí lo viajeros debían pasar la noche  para luego emprender el cruce de los Andes en mulas o en carruajes y tomar otro convoy en territorio chileno.

El Tren Trasandino llegaba a la estación de Puente de Inca tres veces a la semana y como paso obligado, los viajeros se hospedaban en algunas de las 12 habitaciones que disponía el hotel.


Un hotel de media estrella

Los huéspedes se quejaban constantemente del servicio. Su interior no ofrecía las comodidades para personas de un poder adquisitivo más bien elevado.

Los pobres pasajeros, tenían que enfrentarse a habitaciones anti-higiénicas. También en el interior del alojamiento contaban con muchas incomodidades como pisos de ladrillo y paredes pintadas a la cal. Tampoco poseía un mobiliario de primera clase. Sillas, mesas, y camas eran muy precarias. 

 A este conjunto de edificios, se le agregaba el restaurante que se estaba a un costado. Era bastante amplio y en su interior disponía de varias mesas y sillas de madera rústica. También existía un mostrador y detrás estantes con bebidas que le daba una apariencia de pulpería. 

El primer dueño de este hotel fue la compañía de ferrocarril trasandino hasta que a principio de siglo fue adquirida por el señor Bertelotti, quien la regenteó  hasta 1909. Después, la compañía de ferrocarril Buenos Aires al Pacífico se hizo cargo. En 1917, quedó inaugurado el nuevo hotel, que perduró hasta 1965, cuando un alud la destruyó

¿Quién paga la cuenta?
En marzo de 1904, el precario hotel de Puente de Inca, tuvo un papel importante al servir como centro de toda la logística antes y después de la inauguración del Cristo Redentor. 

El gobierno también, encargó al dueño del hotel la organización del banquete fraternal  para 254 personas que se sirvió en plena cordillera. Concluido el acto, el ministro argentino pidió la cuenta y el empresario le pasó la factura, estimando que muy pronto sería cancelada.
 
Pasó el tiempo y el comerciante viajó a Buenos Aires para su justo reclamo. Ya en la Casa Rosada, exigió la cancelación de la deuda, pero nadie lo atendió y el Estado nunca le pagó lo que le adeudaban.

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