martes, 25 de noviembre de 2014

El modelo panóptico en la arquitectura penitenciaria argentina: la primera cárcel en la ciudad. Mendoza, 1864

1. Acerca de la arquitectura penitenciaria 1
La evolución de la arquitectura penitenciaria corre paralelamente a la transformación de las ideas penales y a la modificación de la legislación punitiva. Durante siglos las cárceles, que fueron subterráneas o mazmorras, eran sólo el medio para asegurar la presencia del reo ante el juez, para ser juzgado, o ante el verdugo, para ser ejecutado.Cadenas, picotas, argollas, horcas, la retracciónpública, el destierro - penas no corporales que en sí tenían dimensión de suplicio - y la ejecución, eran la garantía del cumplimiento del castigo impuesto. El cuerpo descuartizado, amputado, marcado simbólicamente, expuesto, vivo o muerto, fue desapareciendo como blanco de la represión penal, hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Se abandona el dolor. El castigo es ahora la prisión, la reclusión, los trabajos forzados, la deportación, que si bien siguen recayendo directamente sobre el cuerpo, éste se convierte en instrumento y no en fin: se interviene sobre él encerrándolo, haciéndolo trabajar (Foucault, 1981, p.11), pero no se lo somete por medio de la violencia. El sometimiento es directo y físico, obrando sobre - y a través de - elementos materiales. El cuerpo queda "prendido" en un sistema de coacción y de privación, de obligaciones y de prohibiciones.
Lo que entra en juego, dice Foucault, no es el marco carcomido o aséptico, perfeccionado o no de la prisión, sino su materialidad, en la medida que seconvierte en instrumento y vector del poder: es el edificio el que ahora provoca la "pena física" mediante la reclusión. En base a este cambio, un creciente interés por mejorar la situación "humanitaria" de los encarcelados y por la organización de nuevos y modernos regímenes penitenciarios, hace que la situación general respecto de las primitivas cárceles vaya variando.
En este desarrollo, importantes aportes de precursores e iniciadores de la reforma carcelaria, que van desde referencias teóricas sobre el tema hasta descripciones de edificios e ideas para su construcción o reforma, destacan la importancia de la arquitectura como condición para lograrla.
Es a partir de personajes como Jeremías Bentham (1748-1832) que los cambios comienzan a tomar intensidad, convirtiendo al XIX en el siglo de lasconstrucciones penitenciarias como unidades arquitectónicas especiales.2 Los aportes de Bentham se dan en el marco de una Inglaterra liberal y reformista, en medio de un creciente desarrollo industrial que produjo una nueva clase urbana proletaria, incluyendo sectores "desempleados" y/o de "desviados" que debían ser controlados. La propuesta benthamiana del panopticum3 asocia la concepción penitenciaria a la arquitectónica; desarrolla el proyecto tanto desde lo penológico como desde lo arquitectónico, ejerciendo una marcada influencia en la teoría arquitectónica penitenciaria y en el funcionamiento y la materialización de varios edificios, principalmente europeos y latinoamericanos. Tal es el caso de la primera cárcel para Mendoza construida en 1864, ejemplo a través del cual intentaremos explicar el tipo de apropiación material y teórica que hizo del modelo panóptico, por primera vez, la arquitectura penitenciaria argentina del siglo XIX, desde lo funcional, lo constructivo, lo simbólico y lo social.4
Estas variables de análisis propuestas se interrelacionarán a lo largo del trabajo, pero tendrán también una mirada más puntual correspondiendo al plano de lo funcional y lo constructivo el punto 2.1 y al de lo simbólico y lo social el desarrollo de los apartados 2.2, 2.3 y 2.4 de nuestro artículo.
2. El panóptico de Bentham y la cárcel para Mendoza
El siglo XIX se sirvió de procedimientos de individualización para marcar exclusiones: el asilo psiquiátrico, la penitenciaría, el correccional, los hospitales, etc., funcionaron de doble modo: el de la división binaria y la marcación: loco-no loco, peligrosoinofensivo; y el de la distribución diferencial: quién es, dónde debe estar, por qué, cómo ejercer vigilancia constante sobre él, etc. (Foucault, 1981, p. 200). El panóptico de Bentham se constituye como la figura arquitectónica de esta composición (imagen 1). Es un modelo de dispositivo disciplinario apoyado en un registro constante y centralizado: espacio cerrado, recortado, vigilado en todos sus puntos, en el que los individuos están insertos en un lugar fijo, en el que el menor movimiento se halla controlado, en el que todos los acontecimientos están registrados, en el que el poder se ejerce por entero de acuerdo a una figura jerárquica continua.
1. El panóptico circular de Bentham (Bentham, 1989).


Materialmente este "establecimiento propuesto para guardar los presos con más seguridad y economía, y para trabajar al mismo tiempo en su reforma moral; con medios nuevos para asegurarse de su buena conducta, y de proveer a su subsistencia después de su soltura" (Bentham, 1989, p. 33), se desarrollará, según Bentham, como un edificio circular en la periferia, con una torre en el centro que aparecerá atravesada por amplias ventanas que se abren sobre la cara interior del círculo. El edificio periférico estará dividido en celdas, cada una de las cuales ocupará el espesor del edificio. Estas celdas tendrán dos ventanas: una abierta hacia el interior, que corresponde con las ventanas de la torre; y la otra hacia el exterior que deja pasar la luz de un lado al otro de la celda. Bastará, dice el autor, con situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda un condenado, o un loco, un enfermo, un alumno o un obrero.5 Mediante el efecto de la contraluz se podrán captar desde la torre las siluetas prisioneras en las celdas de la periferia, proyectadas y recortadas en la luz, con lo cual se invierte el principio de la mazmorra. La plena luz y la mirada de un vigilante captan mejor que la sombra, que en último término cumplía una función protectora (Bentham, 1989, p. 10).
El sistema panóptico se propagó en el marco de Estados modernos, tanto en Europa como en América Latina, adaptándose a los diversos sistemas constructivos locales, pero manteniendo el objetivoprincipal de poder ver con una sola mirada todo cuantose hacía en el edificio. El régimen carcelario y su vinculación con el sistema de re-educación y trabajode los penados había llevado a que muchos arquitectos y estudiosos americanos se interesaran por el desarrollo de las teorías y los diseños de ese tipo de obras, tanto en los Estados Unidos como en el viejo continente: Ramón La Sagra en Cuba (1843), Lorenzo de la Hidalga en México (1848) y Felipe Paz Roldán en Perú (1853) son algunos de quienes escriben sobre el tema (Gutiérrez, 1997, p. 443). Esas teorías se concretaron en las penitenciarias de Buenos Aires, construida en 1870 siguiendo el proyecto de Ernesto Bunge; Corrientes, en el noresteargentino, obra de Juan Col en 1897; Lima, proyectada por Felipe Paz Roldán; Quito y Bogotá, ambas obras de Tomas Reed, la última de 1848; la Cárcel Preventiva y Correccional de Montevideo de 1885, diseño de Juan Alberto Capurro y Mendoza en 1864, entre otras (Gutiérrez, 1997, p.443- 445).
Particularmente en Argentina, la sanción de la Constitución Nacional en 1853 da como resultado cambios en lo jurídico, económico y civilizador, que requirieron de una pronta adecuación espacial. Ese proceso de organización nacional que llevó al país a su primera gran modernización, supuso un nuevo orden en cada aspecto de la vida institucional y pública, orden que incidió en la vida cotidiana de las personas en los distintos ámbitos espaciales, determinando la formalización de numerosos procedimientos - modernos y racionales - para hacer lo que hasta entonces se hacía de manera consuetudinaria (Cirvini, 1990, p. 7).
La arquitectura empezó a ser pensada sobre bases conceptuales que buscaban el apoyo del conocimiento científico y una proyección hacia un futuro de progreso indefinido. Parte de las características centrales de ese proceso fue la normalización y tipificación de la edilicia pública que comprendía escuelas, hospitales, cuarteles y cárceles, entre otros tipos. En este contexto es que se adopta el panoptismo como modelo - más teórico que material - para el sistema penitenciario nacional: una arquitectura basada en la racionalidad y la funcionalidad y que a la vez imponía disciplina. En el caso de Argentina, la cárcel penitenciaria de Mendoza6 fue el primer ensayo del sistema penitenciario a nivel nacional7 y uno de los primeros edificios propuestos, licitados y efectivamente construidos en la Ciudad Nueva por la Comisión Filantrópica hacia fines del siglo XIX.8 El proyecto, realizado por el ingeniero italiano Pompeyo Moneta (1830-1898),9 designado durante el gobierno de Mitre (1862) como Ingeniero de Puentes y Caminos y encomendado a dirigir las obras de reconstrucción de Mendoza, se desarrolló en base al principio de la inspección central pero con algunas variantes.

2.1. Lo funcional y lo constructivo
El edificio fue situado en la manzana nº 44 de la Ciudad Nueva, frente a la plaza Independencia, ocupando un lugar central dentro del nuevo trazado (imagenes 2 y 3). De hecho, esa ubicación abre en algunos medios locales una polémica respecto del recinto carcelario, ya que se consideró que, por el "afán de poblar", se construyó el edificio sin consultar sus inconvenientes (Cirvini, 1990, p. 96). No obstante, la Comisión Filantrópica celebra el contrato de construcción con el italiano Andrés Clerici,10 fijandocomo plazo de entrega del establecimiento el mes de abril de 1865.


2. El trazado de la Ciudad Nueva, en gris la manzana 44, donde se ubicaba la cárcel penitenciaria (Ponte, 1987).



3. Vista desde la Plaza Independencia hacia el oeste, a la derecha se distingue la muralla de la cárcel, c. 1876 (Copia digitalizada, original AHM).


La penitenciaría estaba formada por un muro perimetral, que contenía la estructura de la cárcel: "de piedra con cal y arena de trescientos setenta y cuatro metros de extensión y dos varas y media de altura, de la cual media vara va enterrada y dos sobre la superficie. Su ancho es de vara y media. (...) Sobre esta muralla de piedra irán tres varas de muralla de adobe del mismo ancho con su correspondiente cornisa"... (AHM, 1864). Este cierre se hacía doble en el sector de las celdas, creando un corredor quepermitía el patrullaje, que para Bentham era necesario de noche y de día, y separando las celdas del exterior: "A fin de que el centinela pasee sobre la muralla, la cubierta de esta será de ladrillo sentado en mezcla (...). En los cuatro ángulos de la muralla se hará una garita (...) que llevará reja de madera fuerte y los palos torneados" (AHM, 1864). El muro de circunvalación sólo se abría en forma de pórtico en su lado este, frente a la plaza (imagen 4). En este costado se ubicaban, en línea con sentido norte-sur: un patio y los galpones; la entrada principal, los cuarteles de la guardia y las oficinas del director del penal y el juzgado (frente al pórtico de acceso); hacia el sur, la huerta y los departamentos para mujeres (separación de los sexos). Constructivamente, las piezas eran esqueletos de madera de álamo con muros de adobe de cabeza (AHM, 1864).



4. Vista desde la plaza Independencia, del pórtico de acceso al recinto carcelario, c.1876 (Copia digitalizada, original AHM).


Si bien esta Casa de Inspección responde en lo conceptual al modelo panóptico, en lo referido al diseño arquitectónico adopta una planta radial, tipo utilizado más ampliamente en el siglo XIX que el circular de Bentham. El diseño radial había sido adoptado en las penitenciarias de Gante, construida entre 1772-1775, y de Filadelfia, proyectada por John Haviland en 1825 (imagenes 5 y 6).11 La propuestade Moneta, entonces, adopta el estilo radial,renunciando al principio benthamiano de ver el interior de las celdas desde un punto central al interior de los pabellones, en los que las celdas se agrupaban en hileras de entre ocho y doce.


5 y 6. Las prisiones de Gante (1772-1775) y Filadelfia (1825). Plantas radiales modélicas para muchas casas de inspección europeas y americanas del siglo XIX y principios del XX (Pevsner, 1976).

Ese tipo de esquema radial desarrolló toda una tradición en la arquitectura de hospicios y hospitales en el mundo occidental, que se remonta a las plantas renacentistas en forma de cruz y en cuyo centro se instalaba generalmente un altar. Justamente el espaciovacío del que Bentham habla, entre las celdas y el departamento del inspector, se materializa en la cárcelde Mendoza como un amplio espacio libre,descubierto, a modo de hexágono irregular, entre los extremos de los pabellones y el centro de inspección general; constituido aquí por un kiosco o glorieta sin vidriera ni pozo anular, que también hacía las veces de púlpito o altar para que el capellán impartiese la misa: "...en el centro del patio interior, va un corredor con arreglo al plano, el cual llevará un festón recortado, bajo del cual se colocará un altar portátil, sencillo y a propósito para armar y desarmar. Los pilares del corredor serán pintados como las puertas (...) El altar será pintado color perla..." (AHM, 1864). Sólo una puerta permitía la comunicación entre el sector de oficinas y guardia y el espacio disciplinario celular que albergaba a los reclusos, pasando siempre por la inspección central. Los patios de cada uno de los pabellones contenían las letrinas y los sectores de taller. Plásticamente, este "museo del orden" fue resuelto austeramente, como todas las construcciones posteriores al terremoto de la ciudad: la fachadaprincipal sobre la plaza era estucada con los pilares de ladrillo hasta su mitad y el resto de adobe. La muralla de circunvalación era revocada, enlucida y blanqueada por dentro y por fuera.

2.2. Marcas simbólicas, cuenta moral y división
El efecto mayor del Panóptico es inducir un estado consciente y permanente de visibilidad en el reo, que garantice el funcionamiento automático del poder (Foucault, 1981, p. 204). A partir del centro de inspección y del sistema de documentación individualizante, esa vigilancia se hace permanenteen sus efectos, incluso si es discontinua en su acción:los guardianes llaveros de la cárcel mendocina teníancomo objetivo "vigilar con esmero y a todas horas a los presos observando sus conversaciones o acciones..." (AHM, 1874b). Mediante este principio de inspección podrían dar cuenta inmediata a las autoridades de lo malo que notasen para la aplicación de penas disciplinarias, que iban desde el retiro gradual de las recompensas acordadas por los trabajos realizados, el confinamiento a celdas oscuras y solitarias, la incomunicación simple, el trabajo forzado y sin compensación, hasta el ayuno a pan y agua por un plazo no superior a tres días (Reglamento para la cárcel penitenciaria..., 1880).
Por su parte, el sistema de documentación era llevado a cabo, entre otras operaciones, por mediode "signos sobre el cuerpo del condenado", como el que constituye la vestimenta y por el sistema de "cuenta moral": boletín de observaciones respecto de cada detenido. Si bien en el proyecto para el reglamento de 1874 para la cárcel que tratamos sealude al ropaje para los penados, que consistía en el traje del establecimiento, compuesto de pantalón y blusa que se cambiaba cada seis meses, de genero grueso o delgado según la estación, con una muda de ropa interior de lienzo; en el decreto reglamentario del gobernador Villanueva de 1880,sólo se habla de "un vestuario uniforme y de un color", sin determinar las piezas y acotando que el género y el período de tiempo por el que deba usarse será dispuesto por el Administrador. Lo que si aparece en el reglamento de 1880 es la colocación del número de registro del interno, con gran tamaño en la espalda,12 a modo de marca simbólica, de representación ante los otros y ante sí mismo de la"carga" por el delito. Los internos no podían ser llamados sino por ese número, desde el día de la entrada a la cárcel hasta el de salida. Este dispositivo servía para el ejercicio del control individualizado e individualizante sobre ellos (imagen 6).


6. Primera foto de archivo de un preso, s/d. 

Otro signo aplicado a los prisioneros en Mendoza fue, tal como lo recomendaba Bentham para "el aseo y la salud", la práctica del rapado, que se llevaba a cabo cuando el condenado entraba a la Penitenciaría, previo reconocimiento médico. Apenas ingresado a la cárcel, el prisionero erasometido a ocho días de aislamiento para que seentregara a sus reflexiones, pudiendo extenderse elperíodo según las condiciones del recluso. Sobre las "cuentas morales" el Administrador debía llevar un libro especial, en que seguía el comportamiento de los reclusos, dejando constancia escrita de las penascorreccionales que se aplicaran en los casos quecometieran faltas y todas las circunstancias que revelaran si el reo se hubiera corregido o no. En elpresidio se llevaba también nómina de los presos,en la que se hacía constar la fecha de ingreso, su estatura, peso, nombre, nacionalidad, edad, estadocivil, profesión, conducta y condena, como parte de un control minucioso de las operaciones del cuerpo, pero también del alma y la mente.
La mayor dificultad era, si todos los que están presosson culpables, pero no todos están pervertidos comosostiene Bentham, cómo repartir esos presos "individualizados" en el interior de la cárcel. En Mendoza los reos estaban divididos en distintas secciones, a cada una de las cuales les correspondía uno o más pabellones, dependiendo de la cantidad de reclusos y del tipo de pena o sentencia. Ignoramos sien esta división tuvieron en cuenta, tal como lorecomendaba Bentham, colocar en la misma celda presos asimilables por caracteres y edades; lo que si creemos es que por la cantidad de reclusos que hemos detectado en registros de la penitenciaría, en algunosde los pabellones las celdas deben haber sido compartidas por dos o más de ellos (AHM, 1874a). Los sentenciados a la Penitenciaría y presidio permanecían en los pabellones 4 y 5 del hexágono; los condenados a prisión estaban confinados a los departamentos 3 y 7. Los presos políticos y los decausa que no merezca más que arresto en el 9; los "en trámite" en los recintos 1, 2 y 6; mientras las mujeres, previniendo todo lo que pudiera ofender a la decencia, con precauciones de estructura, de inspección y de disciplina, tenían su sector en el pabellón exterior izquierdo.

2.3. El trabajo, la incomunicación y la instrucción
Bentham concedía una enorme importancia al trabajo como dispositivo disciplinario y de consuelo. Éste tenía como fin ocupar el tiempo de los detenidos, además de constituir, según Foucault, una relación de poder, de sumisión individual (Foucault, 1981, p. 245). A lostrabajos en la cárcel de Mendoza, consistentes encarpintería, zapatería y hojalatería, esterería,cordelería (AHM, 1865), eran encomendados - nohay datos de sucesión de trabajos diferentes - presos designados según sus aptitudes, o los que estando sus causas en trámite pidieran voluntariamente ocupación. Según lo que podemos leer en el plano (imagen 7) publicado por Cirvini (1990, p. 93),13 cada pabellón tenía su espacio para taller y las respectivas letrinas frente a las celdas, lo que permitía el ejercicio de una táctica de "anti- aglomeración" a partir del control sobre una cantidad limitada de presos - división de zonas - y poner en práctica la disposición de incomunicación (AHM, 1874b),14 que por reglamento se establecía entre los presos de distintas secciones (principio de aislamiento).


7. Planta de la Penitenciaria de Mendoza, relevado en 1890 (Copia digitalizada, archivo Ahter-Cricyt).

Existía también el trabajo extramuros, que era ejercido por los presos de la sección "presidio" puestos a disposición de la Municipalidad. Se les permitía a tal efecto salir diariamente custodiados. El reglamento de 1880 amplía las posibilidades, incluyendo en su artículo 46 la opción de entregar por lista nominal y bajo recibo, presidiarios a todo aquel que se haga cargo de ellos para el trabajo fuera del establecimiento, debiendo "devolverlos" al ponerse el sol. Las horas de trabajo no podían ser menos de seis ni exceder las diez. Cada cuatro meses el administrador entregaba vales a los presos por el valor líquido que resultara a su favor, los cuales eran abonados al salir de la cárcel (Reglamento para lacárcel penitenciaria..., 1880). En los escritos se hace referencia tanto al resultado "moralizador" que se obtenía, imprimiendo en los condenados el hábito al trabajo y dándoles medios para formar capital, como a la aplicación de penas correccionales - dispositivo educativo - por faltas a las obligaciones.
En cuanto a la instrucción y ocupación de los detenidos y en directa relación con los argumentos de Bentham al respecto: "toda casa de penitenciadebe ser una escuela la lectura, la escritura, laaritmética, pueden convertir a todos... la música podría tener una utilidad especial llamando mayor concurrencia a la capilla. En el domingo la enseñanza será moral y religiosa" (Bentham, 1989, p. 95); en la cárcel provincial, el reglamento contemplaba el traslado de los reos para la enseñanza de la doctrina cristiana, al local destinado a tal efecto, bajo la vigilancia de los guardianes y dos o más centinelas. Allí el sacerdote impartía la misa sólopara los presos que profesaban la religión católica,pero eran obligatorias para todos las tres horas de "algún libro instructivo y religioso" después de cada misa.



8. Foto aérea actual cárcel de Mendoza (c. 1940, archivo Ahter-Cricyt).

Los presos podían contratar el aprendizaje de la música o el dibujo, siempre que la enseñanza pudiera ser dentro de las prescripciones del reglamento envigencia y la disciplina general del establecimiento (Bentham, 1989, p. 95). Se les permitía, sólo en las horas de descanso, tocar instrumentos y conversar con los del mismo pabellón, pero estaban prohibidos los juegos de naipes, así como todo otro entretenimiento dañoso a la moralidad y buenas costumbres. Así, la prisión, dice Foucault, se ocupaba de todos los aspectos del individuo, de su educación, de su aptitud para el trabajo, de su conducta cotidiana, de su actitud moral y de sus disposiciones.

2.4. Teatro y museo del castigo.
El sistema carcelario que estudiamos lleva consigo la designación de espacio disciplinar no sólo por su estructura interna – arquitectónica y penal - sino por toda la serie de signos que genera hacia el exterior – sociedad - que tienen como fin último servir de dispositivo educativo y ejemplarizante. Uno de ellos, dice Foucault, es la muralla de circunvalación, quese manifiesta como figura simbólica y monótona del poder de castigar, de la "infranqueabilidad" y la incomunicación. Otro sistema para hacer el castigo visible - y controlable socialmente - es que el trabajo de los presos se torne público (Bentham, 1989, p. 95), que los presos en la calle se hagan visibles a través de su vestimenta, de los números de identificación, de la custodia. En este caso, tal comolo describe Foucault: "el soporte del ejemplo es ladisposición escénica y pictórica de la moralidad pública" (Foucault, 1981, p. 108).
En Mendoza, una forma de reforzar colectivamente el vínculo "visible" entre la idea del delito y la idea de la pena, fue para el gobierno provincial ladisposición de que todos los instrumentos de delitoscomisados por el juzgado del crimen fueran remitidos a la Biblioteca San Martín "para que sirvan al Museo,con una inscripción en cada objeto, explicando suorigen, la fecha en que se produjo el hecho, herido, heridas y demás personas que tomaron parte de él" (Reglamento para la cárcel penitenciaria..., 1880).
Si bien no tenemos datos de que el "museo" se haya concretado, la fe en este tipo de dispositivos se basaba en la idea de que este juego de signos disminuía la atracción por el delito, aumentando el interés que convierte la pena en algo temible. Pena visible, al menos parte de ella, como espectáculo, como teatro moral cuyas representaciones imprimían el terror del delito, de lo que no debe ser y de lo que no hay que hacer.

3. Epílogo. El espacio y el poder
En el trabajo realizado, hemos intentado analizar una serie de apropiaciones e influencias materiales y conceptuales de la propuesta panóptica en el caso de la primera cárcel para Mendoza de 1864. La tipología benthamiana, como tecnología de poder específica para resolver los problemas de la vigilancia, sometida a adaptaciones y modificaciones, se utilizó para ejercer el control yel sometimiento de los presos mendocinos a la autoridad desde fines del siglo XIX. El edificio penitenciario sirvió a sus fines durante cuarenta años. Contrario a la ilusión de Bentham de que la gente se haría virtuosa por el hecho de ser observada, el número de reclusos fue aumentando a medidaque aumentaba la población de la provincia; eledificio, que también presentaba falenciasconstructivas, colapsó. Con los cambios deautoridades y a partir la decisión política de levantaruna cárcel con mayor capacidad en un lugar menos central, el edificio de Moneta fue reemplazado aprincipios del siglo XX. La nueva cárcel se levantóhacia el oeste, fuera de la trama urbana más consolidada. El predio de la primera cárcel fue ocupado por el conjunto que componen el teatro Independencia y el originalmente Plaza Hotel de Mendoza, hoy Park Hyatt.
El sistema panóptico "probado" por primera vez en el país en 1864, siguió vigente en la provincia a través de la cárcel inaugurada en 1906, que se realizó enbase al proyecto que el ingeniero Nicolás de Rossetti presentara en 1895, dentro del ámbito de laSuperintendencia de Irrigación y Obras Públicas. Lapropuesta original consistió en un conjunto de edificioscerrados dentro de un muro perimetral con formapoligonal, con el sector de las celdas desarrolladas en planta radial de cinco alas. Siguiendotipológicamente el modelo de la cárcel de Filadelfia y conceptualmente el principio panóptico de "casa de Inspección", el edificio se emplaza hoy sobre la actual avenida Boulogne Sur Mer (imagen 7).
En 1997, y por un nuevo colapso en la capacidad del edificio penitenciario, el gobierno provincial abrió unconcurso de proyectos para una nueva cárcel paraMendoza, que se emplazaría más alejada aún del centro del trazado de la Ciudad Nueva, en el departamento de Luján de Cuyo.
Esta vez el proyecto ganador para el Centro de Detención de Procesados y Contraventores y de Rehabilitación de Penados; sin centro de inspeccióny con una marcada relación arquitectónica y penal entre el interior y el exterior, propone una concepción absolutamente distinta a la del moderno sistemapanóptico de fines del siglo XIX. Mientras se espera la conclusión de las obras de este Centro, el edificio inaugurado en 1906 continúa, aún colapsado, en funcionamiento. A principios del siglo XXI, el panoptismo, resultado de un largo proceso de relación entre la historia de los espacios y la historia de los poderes, tal como en la antigua cárcel de 1864, sigue ejerciendo el poder de la mirada sobre la población penitenciaria mendocina.

Fuentes y bibliografía

Fuentes
1. AHM, Archivo Histórico de Mendoza (1864). Documentación referente a la construcción de la Cárcel Penitenciaria. Obras Públicas, carpeta Nº 149, Documento Nº 20, abril 11.       
2. AHM, Archivo Histórico de Mendoza (1865). Don León Gourdon al Sr. Ministro, adjuntando las propuestas para hacerse cargo de la dirección de los talleres para distintos oficios que se establecerán en la cárcel. Penitenciaría, carpeta Nº 164, Documento Nº 19, junio 20.       
3. AHM, Archivo Histórico de Mendoza (1874a). Nómina de presos en la cárcel durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre de 1873 y enero de 1874. Penitenciaría, carpeta Nº 165, documento Nº 12, enero 7.       
4. AHM, Archivo Histórico de Mendoza (1874b). Proyecto de reglamento para la cárcel penitenciaria. Penitenciaría, carpeta Nº 165, documento Nº 27, mayo 15.     
5. Discurso del gobernador Villanueva a la Legislatura (1873). Registro Oficial, febrero 3.     
6. Reglamento para la cárcel penitenciaria decretado por el gobernador Villanueva (1880). Registro Oficial, diciembre 18.       

Bibliografía
7. Bentham, J. (1989) [1791]. El panóptico. Madrid: La Piqueta.       
8. Cirvini, S. (1989). La estructura profesional y técnica en la construcción de Mendoza, tomo I. Mendoza: Instituto Argentino de Investigación de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo (IAIHAU).       
9. Cirvini, S. (1990). Tipologías funcionales. Serie cárceles penitenciarias. En Informe anual 1989-1990. Mendoza: Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), Centro Regional de investigaciones Científicas y Tecnológicas (CRICYT), mimeo.        
10. Cirvini, S. (s/f.). El patrimonio arquitectónico de Mendoza. Revista Serie Básica, No. 6, pp. 14-16.      
11. Foucault, M. (1981). Vigilar y castigar: el nacimiento de la prisión. Madrid: Siglo XXI.      
12. Galería de fotografías de la penitenciaría de Mendoza en: www.penitenciaria.mendoza.gov.ar. Consulta enero de 2005        
13. García Basalo, J. C. (1959). Introducción a la arquitectura penitenciaria. Revista Penal y Penitenciaria, tomo XXII, pp. 41-84.        
14. García Basalo, J. C. (1979). Historia de la penitenciaría de Buenos Aires (1869-1880). Buenos Aires: Penitenciaría Argentina.        
15. Gutiérrez, R. (1997). Arquitectura y Urbanismo en Iberoamérica. Madrid: Cátedra.        [ 
16. Pevsner, N. (1976). Prisiones. En Historia de las tipologías arquitectónicas (pp. 189-202; 383-386). Barcelona: Gustavo Gili.        
17. Ponte, J. (1987). Mendoza aquella ciudad de barro. Mendoza: Municipalidad de Mendoza.        

Notas
1 Arquitectura penitenciaria: arte de construir edificios destinados a prisiones o a instituciones similares. Fernando Cadalso citado por García Basalo (1959, p. 42).
2 Otras figuras como John Howard o John Haviland, son también relevantes dentro de la evolución histórica de la arquitectura penitenciaria, a los efectos de nuestro trabajo; nos detendremos particularmente en el aporte de Jeremías Bentham (1989, p. 41 y sig.).
3 Aunque la idea de panóptico ya existía (Escuela Militar de París, 1755, o la ciudad en la salina de Arc-et-Senans de Ledoux), es Bentham quien la formula. Ver "El ojo del poder. Entrevista con Michel Foucault" (Bentham, 1989).
4 En estudios previos, la arquitecto Silvia Cirvini (1989; 1990; s/f.) detalla que el sistema panóptico es adoptado inicialmente a nivel nacional en el proyecto que Moneta hace para la primera cárcel de Mendoza. Nuestro trabajo supone una ampliación respecto de este enfoque. Basándonos en esta hipótesis que destaca aspectos tipológicos, nos ocupamos también del funcionamiento del penal como sistema simbólico y dispositivo social, utilizado con el objetivo de resolver los problemas de vigilancia y conducta de los reos, y "educar" a la sociedad mendocina finisecular.
5 El mismo Bentham (1989) habla de la aplicabilidad del principio panóptico a diversas instituciones en las que haya que ejercer vigilancia: fábricas, hospitales, psiquiátricos, etc.
6 Mendoza, fundada en 1561, sufrió un sismo el 20 de marzo de 1861, que destruyó la ciudad. El siniestro propició el traslado de la ciudad hacia el oeste, a la entonces hacienda de San Nicolás, que se convertiría en centro del nuevo trazado en damero, con una plaza central de cuatro manzanas y cuatro plazas satelitales. Como parte de la estrategia de apropiación de esta porción de territorio se empezaron a construir en torno a la plaza mayor los principales edificios públicos: Casa de Gobierno y Departamento de Policía (1863), Iglesia Matriz (1864), Hospital (1864) y, por supuesto, la Cárcel (1864), ya que la antigua prisión que funcionaba en el Cabildo había colapsado en el terremoto junto con aquél. Tanto la Cárcel como el resto de los edificios construidos en los años siguientes a la catástrofe en la ciudad nueva formaronparte de un oportuno anclaje espacial del gobierno local, que pretendió borrar el pasado colonial (siguiendo premisas nacionales) y crear una sociedad mendocina moderna y por ende anti-hispánica.
7 El resto de las cárceles que adoptan este sistema en el país son posteriores a la de Mendoza (1864): penitenciaríade Buenos Aires (1876), Sierra Chica (1895), Ushuaia (1902) y nuevamente Mendoza (1906). Al respecto ver el trabajo de Cirvini (1990).
8 La Comisión Filantrópica fue creada por el presidente Mitreel 7 de abril de 1863, para instrumentar la ayuda a la provincia de Mendoza. La Comisión estaba compuesta por siete vecinos de Mendoza y un presidente, elegidos por el gobierno nacional. Los objetivos principales de la misma eran: proyectar las obras necesarias, realizar el presupuesto y hacer trazar los planos correspondientes, girar los fondos y dirigir la construcción de las obras celebrando los contratos de ejecución. Fue suprimida por ineficiencia operativa por el mismo Mitre, mediante decreto el 16 de agosto de 1864 (Cirvini, 1989, p. 81 y sig.).
9 Si bien no se ha hallado documentación que verifique la autoría de Moneta, consideramos con Cirvini que en la provincia, en aquel momento, no hay otro profesional (salvo Balloffet y Rivarola, de los que se conoce la trayectoria y se sabe que no lo hicieron) que por su origen y formación hayan podido conocer el sistema panóptico y los modelos arquitectónicos "en vigencia"; además, laposterior participación de Moneta en la programación de la Penitenciaría Nacional (Bunge, 1876), permite asociar la similitud de soluciones (Cirvini, 1989, p. 90 y sig.).
10 Clerici actuó en Mendoza entre 1861 y 1886, llevando a cabo, como empresario, la construcción de muchos de los edificios de la Comisión Filantrópica (Cirvini, 1990, p. 112).
11 La penitenciaría de Mendoza sigue en planta el modelo radial adoptado en algunas prisiones belgas, italianas, francesas y norteamericanas contemporáneas o posteriores al Panópticon, entre las que se destacan la de Ackerghem, cerca de Gante (1772-1775), de Malfaison y Kluchman; Millbank en Londres (1813-1821), de Thomas Hardwick y otros; Palermo (1883-40), obra de Vicenzo De Martino; y la penitenciaria de Cherry Hill, Filadelphia (1825), de John Haviland (Pevsner, 1976, p. 195 y sig.).
12 En la fotografía que se adjunta, el número de identificación aparece también en el gorro, el pantalón y la chaqueta.
13 El plano al que hacemos referencia data de 1890 y corresponde a un relevamiento que, a cargo de Julio Balloffet, se llevó a cabo para realizar reparaciones y ampliación de los talleres. Es probable que la construcción de los galpones (tal como figura en el plano), y de la capilla que aparece en el pabellón 4, sean posteriores a 1864, puesto que no hay datos concretos en la documentación referente a la cárcel sobre su construcción en ese momento.
14 Por ejemplo, los guardianes llaveros tenían entre sus deberes no abrir nunca las puertas de dos o más departamentos a un tiempo, para evitar la comunicación de presos de diferentes condiciones.

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